Autor: horconoah » dj. maig 22, 2008 2:50 pm
he castellanizado El Principito
Sobre el planeta del Principito hubo siempre flores simples que apenas ocupaban lugar y que no molestaban a nadie. Aparecían una mañana y se extinguían por la noche. Pero un día germinó una semilla que no se parecía a las otras, el tiempo y el cuidado que se tomó antes de hacer su primera aparición despertó en el Principito una expectación enorme. Era conmovedoramente bella, y el Principito la cuidaba, regaba y abrigaba en las noches frías
.Un día el Principito marchó de viaje a otros planetas, el séptimo que visitó fue la Tierra. , y habiendo caminado largo tiempo a través de arenas, de rocas y de nieves, descubrió al fin una ruta. La ruta le condujo hasta un jardín de rosas idénticas a la suya. En ese momento descubrió que su rosa no era única en el universo, sino una rosa más, una rosa ordinaria. Entonces cayó en la cuenta de que con una rosa ordinaria y tres pequeños volcanes, uno de los cuales quizá apagado para siempre, no se podía considerar un gran príncipe y , tendido sobre la hierba, lloró.
Entonces apareció el zorro y le regaló al Principito un secreto: “no se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos. El tiempo que dedicaste a tu rosa hace que tu rosa sea importante” Y el Principio se dio cuenta de que las rosas de aquel jardín no eran iguales a la suya y les dijo: No sois en absoluto parecidas a mi rosa. -Sois bellas, pero estáis vacías. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosas se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa.
En algún lugar del mundo existe tu rosa única, distinta de todas las demás, y vosotros (nombre del novio) y (nombre de la novia), habéis encontrado las vuestras.
Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas
